- Área: 1009 m²
- Año: 2018
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Fotografías:Alejandro Peral
“Un hombre viaja por el mundo buscando lo que necesita y regresa a casa para encontrarlo” George Moore. Este edificio, ubicado en el barrio de Coghlan de la Ciudad de Buenos Aires, comienza con la premisa de resolver en un mismo terreno un conjunto de viviendas multifamiliar y una casa privada.En este encuadre y siguiendo con el desafío de reflexionar sobre el habitar contemporáneo surge esta propuesta que investiga los límites entre las áreas públicas y privadas, el interior, el exterior y aquellos espacios de transición que generan relaciones dinámicas y participativas.
La totalidad del conjunto está pensado en términos de comunidad, donde núcleo, circulaciones y áreas comunes son parte de un recorrido que brinda la sensación de habitar no solamente una vivienda individual sino el edificio en su totalidad. Siendo una de las características más importantes del edificio la circulación como evento social, la planta baja es el inicio de este paseo mientras que la terraza de esparcimiento se convierte en el remate.
En cuanto a la estructuración del conjunto, el mismo está organizado en un bloque principal al frente y la vivienda al fondo. El cuerpo principal, se compone de siete unidades. Del primero al tercer piso dos unidades por cada planta, mientras que en el cuarto el uso es compartido por una unidad al contra frente y la terraza de uso común. Por su parte, la casa, intenta generar la menor huella posible, liberando terreno para los patios de frente y contra frente, es por ello que se desarrolla en tres niveles.
El patio, vínculo funcional y espacial. Este proyecto propone una re elaboración de las casas coloniales de principios de siglo donde el patio era el corazón alrededor del cual se organizaba la vida cotidiana. El acceso a las casas se genera cruzando los puentes que atraviesan los patios mientras que el recorrido interno de las viviendas rodea estos espacios obteniendo luz natural y vínculos visuales. Estos vínculos metálicos se convierten en espacios de transición, que a modo de “zaguanes” dan una pausa antes de ingresar a las viviendas. Materialidad. Un juego de transparencias. El edificio conjuga hormigón visto, mampostería y planos de vidrio. A través de sucesivos módulos opacos y transparentes se genera una composición de planos, siendo los protagonistas del conjunto los puentes materializados con planchuelas de hierro galvanizado hilvanadas a modo del telar de un artesano.
Estas piezas suspendidas dan al espacio un clima de liviandad y fluidez. “Aquel que mira hacia afuera, sueña; aquel que mira hacia adentro, despierta”. Carl Jung. Este edificio es ante todo la invitación a vivir en comunidad, esto es formar parte de un todo, donde las partes son protagonistas. La flexibilidad en la articulación de los módulos habitables, la relación con los vacíos, la distribución de las áreas comunes y la circulación como evento social son los elementos principales de la propuesta. El conjunto está vivo en el dinamismo de quienes lo habitan.